El manatí africano es la especie de la que menos información se tiene, de hecho, es difícil hasta conseguir fotos de este animal. Usted no encontrará muchos de ellos compilado incluso de aquellos investigadores que están muy fascinados con el manatí africano. Son conocidos por vivir en aguas dulces, así como en las costas de África, Nigeria y la República del Congo.
Se cree que el manatí africano es más pequeño que los de otras regiones. En promedio, se considera que su peso es de 700 a 900 libras y que mide alrededor de 14 pies de longitud, en algunos casos solo tienen alrededor de 10 pies de largo. La principal fuente de alimento para ellos son los manglares, que crecen en la tierra y luego se extienden a las aguas, aunque consumen gran variedad de otras plantas que se encuentran en su hábitat natural.
Se dice que el manatí africano vive de forma muy pacífica entre las aguas, aunque pueden ser víctimas de los tiburones y cocodrilos de vez en cuando. La mayor amenaza para ellos sin embargo es el hombre debido a la contaminación del agua y el aire, destrucción de su hábitat, de su comida y el calentamiento de las aguas, evitando que puedan sobrevivir.
La caza furtiva parece ser un gran problema para su supervivencia también. A pesar de que están protegidos por algunas leyes, estas no son lo suficientemente estrictas, por tanto están desprotegidos y vulnerables ante cualquier situación. Muchas personas todavía los cazan para alimentarse y sobrevivir en las regiones más pobres de África. Si bien no se les puede culpar por buscar una manera de alimentarse, esta actividad está logrando que el número total de manatíes africanos disminuya.
Muchos de los manatíes africanos que se han aventurado viajando hacia el final del río Níger han muerto de hambre, hay épocas del año en que esta parte del río se seca por completo debido a las altas temperaturas y la falta de lluvia, por tanto los manatíes quedan atrapados allí y mueren por no poder llegar hacia otras zonas.
Para el manatí africano el apareamiento puede ser difícil ya que parecen extenderse más que las otras especies, a pesar de ello, los machos se reúnen en pequeños grupos para cortejar a las hembras. El joven manatí tarda unos 12 meses en nacer y enseguida crea un fuerte vínculo con su madre.
En muchas zonas de África el manatí es un animal que se tiene en alta estima, pues existen muchas leyendas e historias que hablan de ellos como protectores del hombre o como criaturas muy estrechamente relacionadas con las sirenas mágicas de las aguas. Estas culturas creen que dañando el manatí, las cosas del pasado vuelven.
No está claro por qué no se realizan más investigaciones sobre el manatí africano. Algunas personas creen que tiene que ver con los protocolos de políticas en el área o que el gobierno simplemente no lo considera una prioridad debido a las otras muchas preocupaciones que tienen. Sin embargo dan su visto bueno ante los investigadores que vienen de otros países para estudiar a los manatíes africanos.
No se puede negar que hay mucho que aprender acerca de sus hábitos y sus comportamientos. También es importante para nosotros aprender a detener el declive de su población. Si estos esfuerzos no prosperan, entonces podemos ver cómo algún día el manatí africano quedará extinto de la faz de la Tierra.